Carta de despedida de la Orquesta

 Hola a todos y todas. No pensaba nunca que este día iba a llegar, pero ha llegado. Os escribo para deciros que dejo la Orquesta. He mandado las cartas de dimisión a la presidenta de la comisión, la vicerrectora Margarita Alfaro, y al nuevo director. Han sido muchos años, desde enero de 1998, de dedicación a la Orquesta, domingo tras domingo y siempre pensando que esta historia me gustaba. Me sentía cómodo, por lo que desde el primer día este proyecto lo hice mío. Una de las cosas que más me gustó de esta Orquesta fue que fui muy bien acogido por parte del director y de la práctica totalidad de los componentes de la agrupación. Quedé sorprendido por la naturalidad con la que la gente me habló desde el principio, y no terminaba de entender lo que me estaba pasando. Al poco tiempo me di cuenta de que sí era verdad lo que me estaba pasando, y eso ha sido hasta el último momento. Ese era el tipo de Orquesta que yo quería, una agrupación donde todo el mundo se sintiera a gusto por el placer de disfrutar de la Música, un grupo donde todos y todas eran iguales, cada uno con su responsabilidad, y sin envidias y malos rollos entre los músicos. No quiero extenderme mucho, pero quiero comentaros algunos de los motivos por los que he decidido dimitir como jefe de la sección de vientos y abandonar la Orquesta. • El primero de todos es porque el nuevo director, en la primera reunión general con toda la Orquesta, comentó que el grueso del presupuesto de la Orquesta se iba en pagar a los jefes de sección. Esto, además de considerarlo de mal gusto, no es correcto, y el nuevo director lo sabía perfectamente, ya que pertenecía a la comisión desde hacía dos años. La comisión musical tiene todos los datos a su disposición. • Otro de los motivos por lo que he presentado mi dimisión es por lo poco “elegante” que ha sido el director con sus comentarios sobre el proyecto anterior. Estoy en total desacuerdo con ese pensamiento y así se lo he trasmitido. • También dimito porque no estoy de acuerdo con que haya dos orquestas de distintos niveles: una que sería casi profesional y otra de un nivel inferior. Eso a mi entender provoca desmotivación, frustración y abandono, puesto que todos los miembros de la orquesta muestran un gran interés, una gran motivación, además de mucha ilusión, que es lo que hace que se mueva el mundo. • Tampoco me gusta -y es otro de mis motivos de no continuar en la Orquesta- que cuando algunos de los miembros cuestionan, siempre con mucha educación, algunas de las cosas que está diciendo el director, este rápidamente tira de manual de currículum, diciendo si es doctor, si ha estudiado en Rusia y en Alemania, si tiene mucha experiencia en dirigir orquestas... Tengo que decir que eso lo considero una falta de respeto, cuando no soberbia, y no dice nada a su favor, siendo una persona educada, como así creo que es. • Otra causa de mi dimisión son los continuos cambios que ha ido dando en lo referente al tema “evaluaciones”, además de no comunicarlo directamente en la reunión general que tuvimos. No estoy de acuerdo con el sistema de evaluación, bien sea con diferentes ítems, o una “evaluación colegiada” con los diferentes jefes. Está claro que es su proyecto, pero yo no lo comparto. Podría seguir enumerando más razones sobre por qué dejo la Orquesta, pero no quiero aburriros más con esta historia. Todos los proyectos son respetables -aunque no se compartan- pero tengo que decir que un proyecto que carece de transición, como creo que debería ser este, suele tener muchas complicaciones. Igual me equivoco, claro, y tened por seguro que quiero que la Orquesta tenga la máxima continuidad en el tiempo. No quiero despedirme sin mencionar alguna gente que me ha acompañado desde el principio. Como he dicho antes, nada más llegar fui muy bien acogido por Enrique (mi Maestro), al cuál tengo que agradecer que me haya ayudado a crecer como músico. Yo venía de un mundo diferente (el de las bandas de música) y no había tenido mucho contacto con las orquestas sinfónicas, y esta experiencia ha sido fundamental para mí. También me acuerdo mucho de Pedro (clarinete), mi colega de tantas andanzas musicales; de Pablo Sorozábal (clarinete), que cuando llegué estaba de solista; de Raúl (violín), que podría estar contando mil anécdotas de todos los viajes de todas las veces que nos hemos reído juntos; de Ángel (violín), que parecía más serio que Raúl pero que no lo es; de Luís (viola); de Maite (violín), que sentada al lado de Raúl y de Ángel se merece el cielo; de Armando (piano) y Carmen (soprano); de Noemí (Arpa); de Nacho (percusión) y cómo no, también de Juan (concertino), que ha sido un gran apoyo para mí cuando he tenido que dirigir la Orquesta; de Jordi, mi hijo, que es una de las alegrías más grandes que me ha dado, querer compartir la Orquesta conmigo. Y quería dejar para el final a Gonzalo (contrabajo) que nos dejó el año pasado, junto a quien compartí arte hasta el último momento. Es posible que me deje a alguien, pero sois muchas las personas con las que he compartido estos años. Simplemente quiero daros las gracias a todos y a todas los que me habéis acompañado hasta ahora. No quiero dejar de despedirme de todos los miembros del grupo de viento, tanto madera como metal, ni a sus jefes de grupo: Juanvi (trompa) y Luisfer (trompeta), que hasta este último domingo han estado compartiendo música conmigo, incluso a veces sin entender, o sí, lo que estaba pasando. Seguid estudiando y tocando tan bien como lo hacéis. Muchas gracias por vuestro arte. Seguiremos haciendo historia. Tengo que decir -en honor a la verdad- que el nuevo director ha tenido conmigo un trato educado (puede que me considere un igual). Estoy muy triste por esta situación que no termino de entender, pero todo tiene un final. Han sido muchos años de dedicación a mi Orquesta y eso marca mucho. No soy persona de odios, envidias, soberbias ni rencores y así seguirá siendo. Todo gracias a vosotros y a la Música. Habéis sido parte de mi vida musical y personal durante 23 años y eso nunca lo olvidaré por mucho tiempo que pase. Os quiero mandar muchos besos y muchos abrazos. También mucha salud y música. Alfonso.

Salud y música

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